El fin de semana voló, creo que fue un gran fin de semana porque me pasé todo el rato fuera lloviera o no. Esa es una de las primeras lecciones (se tarda en conseguirlo) que aprender en una estancia larga en Inglaterra: el tiempo no puede dominar tus decisiones y tus ganas de hacer cosas.
El sábado visité Durham, una ciudad con encanto y mucho ambiente, aunque los universitarios estén ahora de vacaciones. Mi sorpresa fue encontrarme con el encuentro anual de sindicatos mineros y de otros oficios y profesiones. Casi cada agrupación con un estandarte espectacular y una banda de música. Impresionante ver a gente de todas las edades, los mayores , casi sin poder andar, también estaban entre el gentío. Supongo que en la memoria muchas "Durham Miners Galas" y muchos buenos y malos momentos en la mina.
El domingo un día de playa inglés. Tynemouth es el pueblo costero donde desemboca el río Tyne. Más sorpresas: mercado, festival de artistas en la calle, conciertos en la zona de la ruinas del castillo y abadía. El Mar del Norte es también espectacular con sus tonos grises profundos. Ni soñar meter los pies, no estamos para coger un resfriado.
El lunes pasó con la observación de clases y mis deberes. Ya planeando cómo aprovechar bien los días y que no se me queden muchas cosas sin hacer.
Carmen Jiménez
Disfruta mucho, Carmita!!! :-)
ResponderEliminarMuchos besos